Si Di María era todo vértigo y velocidad, James es un prodigio de la asociación, la pausa y el manejo de los ritmos de juego, cualidades que el italiano siempre ha valorado en sus equipos y que le permiten dominar los partidos a través del control y la propiedad de la pelota. Di María aportaba mucha energía y electricidad al Real Madrid. Su físico privilegiado le permitía ejercer de centrocampista 'box to box' que desequilibraba a los rivales. Pero, en ocasiones, la anarquía de su juego terminaba de afectar a su propio equipo, haciéndole perder balones de lo más valiosos en el centro del campo.
Así, mientras Bale y Cristiano aportan la dosis de desborde necesaria para ambas bandas, cuando James esté perfectamente asentado y acoplado al equipo, puede ser esa pieza necesaria que está buscando 'Carletto'. Un jugador que defienda con balón, que no pierda la posición, pero que también sea capaz de surtir de balones a los atacantes blancos y de convertirse, además, en una poderosa arma ofensiva si se acerca al área rival.
Di María y James son completamente diferentes, pero las características del colombiano a medio largo plazo pueden resultar más beneficiosas para el tipo de juego que desea Ancelotti para su Real Madrid. James (o Isco), con el acoplamiento suficiente podría desempeñar la misma labor que Seedorf en el Milan de 'Carletto' hace algunos años. Un jugador completo, de grandes recursos técnicos que le permiten controlar el juego manejando el esférico a su antojo con pases o conducciones.
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