Desde que fichara por el Real Madrid, Isco ha sabido sobreponerse a todos los problemas, ha aprendido a ser fuerte defensivamente y a interiorizar que para jugar en el Bernabéu se necesita algo más que talento. Ancelotti le convenció y, ya la pasada temporada, le convirtió en un jugador sacrificado al que no era raro verle ayudar a su lateral en el lateral del área propio.
Acostumbrado a jugar de mediapunta en el Málaga, Isco ya domina a la perfección el oficio de un interior. La lesión de Modric le ha abierto una nueva puerta: la puerta que conduce a ser el mediocentro creador del Real Madrid durante los próximos tres meses.
Ancelotti dejó caer la posibilidad en una reciente entrevista: "Isco no es la última opción, es una opción más". Dicho y hecho; el propio futbolista ha dado un paso al frente y no se ha arrugado. Quiere jugar ahí. Partidos tiene por delante para aprender. Ancelotti y Hierro tienen cada minuto que pasa más claro que el malagueño si puede ser un gran descubrimiento para el inicio de la jugada.
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