Con el triunfo del Real Madrid ante el Basilea en la quinta jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, los hombres de Ancelotti han enlazado un total de nueve victorias consecutivas a domicilio. Y es que el conjunto merengue no pierde un partido fuera de casa desde que cayera, allá por el mes de agosto, ante la Real Sociedad en Anoeta por 4-2.
Desde entonces, cada partido que el Real Madrid había jugado como visitante lo ha acabado ganando. Así había ocurrido ante Deportivo, Villarreal, Levante, Granada y Eibar en la Liga, así como ante Ludogorets y Liverpool. Además, el conjunto madridista también sumó la victoria en su visita al Cornellá en la Copa del Rey para hacer un total de ocho victorias seguidas antes de viajar a Suiza.
Pero el Real Madrid no solo asusta por sus continuas victorias fuera de casa, sino que lo hace también por la rotundidad en que lo hace. En estas ocho victorias que había cosechado desde aquella derrota en Anoeta hasta su viaje a Suiza, su balance goleador es de traca, con 32 goles a favor, es decir cuatro de media por partido, y cuatro en contra, es decir, a medio gol encajado por encuentro.
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