Raúl sigue en sus números de siempre

El Siete ha promediado desde su debut 2,07 goles en las cuatro primeras jornadas de cada Liga







Con sus dos chicharros al Sporting, Raúl González Blanco ha vuelto a demostrar que por mucha tierra que le tiren él es el dueño de la pala. El Siete madridista, criticado desde infinidad de sectores por lo que se consideraba poca productividad en beneficio del equipo, perdió la virginidad goleadora de esta temporada ante los rojiblancos: dos goles, uno de rebote y una "cuchara" marca de la casa, para volver a situarse en el promedio anotador de toda su carrera.

Un gran promedio

Porque sí, Raúl lleva un promedio de 2,07 tantos anotados en cuatro primeras jornadas ligueras durante las catorce temporadas completas que lleva como integrante de pleno derecho de la primera plantilla del Real Madrid. De hecho, ha tenido temporadas menos prolíficas que ésta (en las campañas 2006-2007 y 2004-2005 no se estrenó hasta la quinta jornada y en las 2001-2002 y 95-96 sólo llevaba uno) y sólo en cinco sus números a estas alturas eran mejores, destacando por encima de todas ellas la campaña 98-99, en la que el capitán había guardado ya en sus alforjas un repóquer de goles. En las otras cuatro, Raúl había anotado tres tantos.




Todos los números de las pasadas temporadas se encargan de demostrar que las prestaciones sobre el campo de Raúl no han variado un ápice, lo que habla bien a las claras de su regularidad sobre el césped. Esta campaña la ha arrancado con dos goles en cuatro encuentros, igual que hizo el pasado curso sin ir más lejos, pero también igual que le sucedió en otros tres anteriores.

Dos al Sporting

Muchos criticarán que los dos tantos del Siete esta temporada han sido en el mismo partido y en un encuentro ante un rival mucho más débil, pero en la campaña 2003-2004 también le había mojado a un sólo equipo, el Valladolid, en una goleada casi idéntica a la que sufrió el miércoles el Sporting: fue un 7-2 ante el Valladolid. Eso sí, aquel día Raúl sumó un hat-trick a su palmarés.

Así que dejen de dudar. A Raúl se le podrá criticar por muchas cosas, pero no porque su productividad sobre el césped haya decaído. Amén de su ascendencia sobre el grupo, de ser el pilar fundamental del vestuario y el alma de Santiago Bernabéu en la plantilla, Raúl sigue siendo Raúl. Y lo será hasta que él quiera.