1958: El Vasas obligó al Madrid a bajar al barro

DC repasa la historia del Real Madrid a través de sus mejores imágenes


Santamaría, Di Stéfano y Gento se cambian tras el partido de Budapest




Hablar de fútbol húngaro en la década de los 50 era hacerlo de una de las grandes potencias de este deporte a escala global. Por eso, una vez que el Real Madrid había eliminado en octavos a los belgas Royal Antwerp y en cuartos al Sevilla, el hecho de cruzarse ante el Vasas fue un motivo de preocupación. Los magiares venían de ser la auténtica revelación del campeonato tras haber eliminado en la ronda previa al CDNA Sofía búlgaro por un global de 7-3, al Young Boys suizo en octavos de final (3-2) y al Ajax de Holanda en cuartos (6-2). De hecho, el Vasas se estaba mostrando intratable en su feudo, donde había ganado los tres partidos que había jugado y había conseguido anotar 12 goles en estos encuentros.

Este hecho casi obligaba a los de Luis Carniglia a hacer un buen partido en la ida en Madrid para intentar dejar sentenciada la eliminatoria de cara a la vuelta. Para ello el club solicitó el apoyo de su afición, la cual llenó el estadio de Chamartín el 2 de abril de 1958 con un total de 110.000 almas. Tras señalar el colegiado el inicio pronto se comprobó que el equipo húngaro había venido a la capital de España con un inevitable respeto, ya que al fin y al cabo tenía que enfrentarse al bicampeón de Europa. Por eso el técnico Baroti planteó una defensa de cinco y un fútbol defensivo carente de ritmo que pretendía sacar un resultado corto para jugarse la eliminatoria en Budapest.

Sin embargo, no contaban con la noche de inspiración que iba a tener Di Stéfano. A los 9 minutos de juego el argentino empujaba el primer gol a la red tras una acción a balón parado. El tanto tranquilizó a los blancos y estos se tomaron con más calma el resto de la primera parte, aunque aún habría tiempo para que Kopa lograra sacar un penalti al filo del descanso. Como siempre el elegido para rematarlo fue Di Stéfano y la 'Saeta' no falló, colocando así el 2-0 justo antes de enfilar el túnel de vestuarios.

Célebre imagen de Di Stéfano celebrando uno de sus goles ante el Vasas de Budapest
Célebre imagen de Alfredo Di Stéfano celebrando uno de sus goles ante el Vasas de Budapest (1958)

Tras los minutos de asueto el Real Madrid volvió a salir en tromba en la segunda parte y en un abrir y cerrar de ojos fulminó a su rival con dos dianas más. La primera gracias a una magnífica acción por banda de Gento que culminó Marsal en el minuto 47; y la segunda solo tres minutos después con un certero remate de Di Stéfano ante el que no podía hacer nada el portero visitante Kamaras. Como curiosidad, fue este tanto el que desató la alegría del delantero y el que propició que se inmortalizara una de sus más célebres fotos, la cual acompaña estas líneas.


El encuentro tenía ya un 4-0 en el marcador y quedaban 40 minutos por delante para ampliar aún más la renta, pero los blancos se conformaron con lo que tenía y no apretaron más a su rival. Así, los últimos instantes del partido fueron dominados por un ritmo bajo que en ocasiones llegó a ser tedioso. Aunque al público poco le importó, porque lo importante estaba ya más que conseguido.

En consecuencia, el Real Madrid se las prometía felices con sus cuatro goles de ventaja para la vuelta, pero lo que se encontró en Hungría excedió sus previsiones. Los españoles enfocaron el partido a conservar su renta, pero el Vasas creyó desde el primer momento en la remontada. Los locales apretaron sin descanso en los minutos iniciales y tardaron 24 minutos en abrir el marcador con un gol de Bundsak, quien aprovechó un rechace de la defensa madridista para anotar. Esto sirvió para incentivarles, aunque realmente tampoco gozaron de ocasiones de gran peligro más allá del agobio en forma de encierro al que estaban sometiendo al campeón de Europa.

Llegó el descanso y los minutos pasaban sin grandes sobresaltos en la segunda mitad, pero Miguel Muñoz cometió el error de tocar el balón con la mano en el área propia. De poco sirvieron sus quejas, porque el árbitro señaló la infracción y Csordas puso el 2-0 con casi 40 minutos por jugar. Mucho tiempo que hizo que el Madrid sufriera más de lo necesario, ya que el propio Csordas y Lenekey tuvieron en sus botas oportunidades para poner en más aprietos aún a su su rival. Pero por suerte no entró ninguna de las dos y con ellas se escaparon las oportunidades del Vasas de lograr la machada (2-0). Al final la goleada de Madrid había valido su peso en oro, pero el campeón no pudo evitar llevarse un considerable susto del embarrado césped de Budapest.