El sueco jugó en el Barcelona en la temporada 2009/10, pero en ese año terminó hartándose de Pep Guardiola, por lo que decidió abandonar el club a las primeras de cambio. Sin embargo, por entonces sabía que el conjunto catalán no le iba a dejar salir tan fácilmente, por lo que optó por una sorprendente táctica para que la directiva culé abriera un poco la mano en las negociaciones.
"Fui a hablar con Sandro Rosell (el presidente del Barcelona por entonces) y le pedí que me vendieran. Me preguntó que a qué club quería ir. Y le dije que al Real Madrid. Él se quedó pálido y después me respondió que cualquier opción serviría menos esa. Me dejó claro que no era posible" recuerda. Sin embargo, él asegura que le replicó con claridad y le dijo "me has hecho una pregunta y te doy una respuesta. Estoy feliz de decirte que en el Madrid es el único equipo en el que me veo jugando. Me gusta Mourinho, pero tenéis que llamarles y decírselo a ellos. ¿Está bien?".
Tras esta reunión inicial apareció el interés inicial del Milan, pero 'Ibra' destaca en su libro que el Barcelona empezó "pidiendo 50 millones", por lo que ellos decidieron mantenerse firmes en su petición de jugar en el Real Madrid. Por ello, al Barcelona no le quedó más remedio que venderle por 20 millones al conjunto italiano, "que es lo que yo realmente quería", tal y como indica el astro, quien actualmente juega en el PSG.
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