Cristiano salva al Madrid en un partido guerrero

Con esa responsabilidad adquirida, el Madrid salió a dominar el partido. Se podría decir que el Sevilla aguantó el envite cerca de 10 minutos, lo que tardó en empezar a ver el peligro sobre su portería. Y es que Cristiano Ronaldo, que suele hacer grandes partidos en el Pizjuán, ya había avisado a los nueve minutos con un remate a bocajarro que había despejado Rico con algo de intuición y un mucho de suerte. La réplica del Sevilla llegó cinco minutos más tarde, con un remate de Vidal dentro del área que logró achichar Casillas con el pie.

A partir de ahí, el Real Madrid tomó el mando con todas las de la ley. Posesiones largas, moviendo a su oponente de lado a lado, y siempre con la idea de finalizar las jugadas para evitar alguna posible contra. En esta dinámica de claro dominio merengue fue cuando el marcador se abrió. Iba a ser Cristiano Ronaldo, como casi siempre, el que abriría la lata con un gran remate de cabeza al segundo palo tras centro con la zurda de Isco. Los blancos parecían haber conseguido lo más difícil, adelantarse, y ya no sólo dominaban en sensaciones sino que también lo hacían en el marcador.

Un electrónico que apenas tuvo tiempo para respirar porque entre el 0-1 y el 0-2 sólo pasaron dos minutos, aunque el ejecutor volviera a ser el mismo. En esta ocasión Cristiano Ronaldo se puso el traje de ‘9’ para tocar con sutileza y ante la salida del portero un toque previo de Chicharito. El Madrid abría brecha en el marcador y en el Pizjuán parecían empezar a asumir que los blancos habían llegado en modo apisonadora.

El dominio del Real Madrid era tal que sólo un error propio parecía poder volver a meter al Sevilla en el partido. Y eso fue lo que pasó. Justo antes de la llegada del descanso, Sergio Ramos cometía un penalti infantil en el lateral del área que servía como regalo en bandeja para que el Sevilla volviera a meterse en un partido que tenía ya casi olvidado en espíritu y en convicción. Bacca lo aprovechó para marcar desde los 11 metros y llevar un partido que parecía sentenciado a la siempre complicada situación de una escueta diferencia.

Con el golpe moral de haber encajado un gol a poco de terminar la primera parte, el Real Madrid tenía ante sí la necesidad de templar a un ‘toro’ sevillista que se presumía iba a embestir hasta que las fuerzas le pudieran. Bien es cierto que fue sólo a ráfagas, pues el Madrid consiguió que el equipo local no estuviera en ningún momento realmente cerca de igualar el partido.

El desgaste vía pase de minutos de juego empezaba a notarse en el equipo local, mientras que el Madrid mantenía su velocidad de crucero en el partido, siempre serio, trabajador y con la idea de marcar un gol que pudiera servir de sentencia. Ancelotti dio entrada a Bale y el galés tardó muy poco en dar rédito positivo, en esta ocasión a través de una gran asistencia al segundo palo que transformó en oro puro un testarazo cruzado de Cristiano Ronaldo que se coló en la red de la meta del Sevilla cual puñal en corazón.

El 1-3 daba la sensación de matar el partido, sin embargo, el Sevilla volvió a dar un coletazo en forma de gol tras una colada por la banda izquierda que remató Iborra llegando desde atrás a la meta de Casillas. Al Madrid le quedaban 10 minutos más el descuento para salvar el botín de tres puntos que le seguían manteniendo con todo en la pelea por el título de Liga.

En esa etapa de sufrimiento del Real Madrid el Sevilla tuvo un par de opciones para haber empatado el partido. Sin embargo, la pelota también quiso jugar a la ruleta de la Liga, y casi bailando sobre la línea de gol terminó por no entrar. Los andaluces presionaron, pero el Madrid salvó el envite y se llevó tres puntos de oro que le mantienen peleando la Liga como un boxeador que sabe dar y encajar.