Cristiano Ronaldo, de Manchester a Madrid (III)

DC repasa el último paso de Cristiano antes de recalar en el mejor club del mundo


Cristiano Ronaldo




Sir Alex Ferguson hacía debutar el 16 de agosto de 2003 a Cristiano en la Premier League, en un partido ante el Bolton Wanderers. El Manchester United pagó unos 18 millones de euros por hacerse con sus servicios y con tan solo 18 años hacía su debut en el minuto 60 de partido. Sólo 10 días antes había deslumbrado en la presentación del nuevo José Alvalade precisamente ante el United. Su buen hacer ese verano no sólo le llevó al equipo inglés, sino que le catapultó también hacia la selección de Portugal, con la que se estrenaba cuatro días más tarde en un partido amistoso frente a Kazajistán. Su primer año en la Premier League sirvió para que comenzara a crecer a pasos agigantados en todos los sentidos, no sólo a nivel deportivo.

Para muestra un botón: Cristiano Ronaldo es hoy en día el futbolista más mediático del planeta, el jugador que más gana junto a Messi por contratos publicitarios. Pero ya en 2004, con 19 años, levantaba pasiones en ese sentido. Ese año, una tienda de videojuegos de Manchester quiso contar con él para la promoción del simulador de fútbol de EA Sports, FIFA 2004, pero Ferguson no permitió que entrara tan pronto en el negocio, en la parte comercial del fútbol, a pesar de que le había dado el ‘7’ que antaño portaba el mismísimo Beckham. El escocés pensaba que Cristiano tenía todavía mucho que hacer, que era muy joven como para empezar a meterse en estos asuntos. Poco después, no tuvo más remedio que quitarle frenos al futbolista, al que se rifaban las marcas y al que le llovían los contratos publicitarios, algo que percutía no sólo en el bolsillo del futbolista sino que beneficiaba también al Manchester United.

Cristiano Ronaldo

Tras su primer año en Old Trafford, la Eurocopa de Portugal (2004) fue el momento de su primera gran aparición internacional. Scolari no tuvo ninguna duda en convocarle para la cita, en la que Cristiano comenzó como suplente pero terminó alzándose con la titularidad gracias a sus buenas actuaciones saliendo desde el banquillo. De hecho, la UEFA le incluyó en el once ideal del torneo, en el que Portugal alcanzó la final y la perdió ante Grecia. Fue un varapalo enorme para Cristiano, pero un golpe que le hizo todavía más fuerte y le llevó a trabajar con más ahínco para conseguir sus objetivos y los de sus respectivos equipos.

Mientras que la carrera deportiva de Cristiano iba viento en popa, en 2005 llegaría el mayor golpe no de su trayectoria, sino de su vida: la muerte de su padre, José Dinis Aveiro. Un problema renal se llevó a una de las personas más influyentes en la vida y en la carrera del portugués, que estaba concentrado de cara a un partido de clasificación para el Mundial de Alemania 2006, ante Rusia. Scolari fue quien le dio la trágica noticia, concediéndole permiso para que le diera el último adiós a su padre. Pero Cristiano declinó la oferta y decidió jugar el partido: "En ese momento supe que Cristiano Ronaldo era un futbolista especial", recuerda el ex seleccionador de Portugal.


"Ese día sólo sabía que quería jugar. Quería hacerlo en honor a mi padre. Quería marcar un gol por él. Me puse a prueba y puse a prueba a todas las personas que me quieren. Mi padre siempre me animaba, me pedía que fuese ambicioso y se sentía orgulloso de lo que había conseguido en el fútbol. Sé que está presente ahora y que se siente muy orgulloso”, comentó con el paso de los años Cristiano. Cuando su padre falleció, él tenía 20 años pero aun así dio una lección de madurez y de compromiso con su equipo.

La muerte de su padre fue el empujón final a su carrera deportiva, lo que terminó de espolearle para convertirse en el mejor futbolista del mundo. Las dos siguientes temporadas fueron de crecimiento continuo para él, mejorando progresivamente sus números. Tras quedar en la cuarta posición del Mundial de Alemania con Portugal, siendo una de las estrellas, Cristiano mencionó por primera vez la posibilidad de jugar en el Real Madrid: "Todo el mundo sabe que me encanta España. Me gustaría jugar allí algún día", contestaba ante los rumores que le colocaban de blanco.

Ese sueño se terminaría cumpliendo en 2009, después de cuajar una extraordinaria temporada 2007-08, proclamándose campeón de Europa y ganando Balón de Oro y Bota de Oro, y de retrasar posteriormente un año su fichaje a petición de Alex Ferguson. El resto de la historia, el madridista la sabe muy bien: dentro de muy poco, Cristiano será el máximo goleador de todos los tiempos con números de récord. Pero el luso nunca olvidará sus comienzos, siempre recordará que llegar a la cima no fue un camino de rosas. Nunca lo es.