A pesar de no estar de acuerdo en múltiples aspectos, la reunión celebrada el miércoles en Valdebebas entre Sergio Ramos y el Real Madrid ha dejado claro un aspecto: los dos quieren evitar perjudicar al equipo blanco por toda la información y rumorología que está generando el caso. Por eso el director general merengue, José Ángel Sánchez, y el propio jugador comentaron ayer su disposición a encontrar una solución - en cualquier sentido - en el plazo de unas pocas semanas. En realidad, el deseo es que en cuestión de dos semanas las dos partes tengan bastante claro dónde jugará Ramos la próxima temporada.
El motivo es que el día 10 de julio el Real Madrid iniciará su pretemporada y a partir de ahí tendrá que viajar a Australia. Toda esta polémica se ha generado por encontrarnos en fechas de vacaciones, ya que Ramos no quiere perjudicar al equipo y a sus compañeros por sus cuitas personales. Su intención es aclarar este asunto en estas fechas y saber cuanto antes si seguirá esta temporada en el club o le tocará hacer las maletas.
En el Madrid ya tienen la experiencia de otras polémicas como la de Casillas y saben que no es aconsejable tener una 'bomba' de este tipo en el vestuario, por lo que los próximos días se presentan como muy importantes para intentar deshacer el nudo existente. La reunión de ayer ya fue un primer paso hacia la calma y la paz, así que pase lo que pase al final, tanto Ramos como el Madrid intentarán que no perjudique a lo verdaderamente importante, la preparación veraniega del equipo.
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