Isco, un 'chichilindri' en la Castellana

DC repasa cómo ha sido la trayectoria del malagueño hasta llegar a la capital de España


Isco celebra su gol al Madrid hace tres temporadas




La carrera deportiva de Isco comienza en su tierra natal, Málaga, donde empezó a jugar con el Atlético Benamiel. Con sólo 10 años, el actual '23' del Real Madrid era ya la estrella del equipo chichilindri, con el que conquistó la Copa Federación de Fútbol 7 en el año 2002. La anécdota de aquel torneo es que apostó con su entrenador a que era capaz de marcar cinco goles en la final: al descanso, ya llevaba un póker. Su buen hacer en Benalmádena llevó a diversos equipos de primer nivel a intentar su fichaje, siendo el Valencia el club que consiguió llevarse el gato al agua en el año 2006, cuando sólo tenía 14 años. Sería el primer gran paso en su carrera deportiva.

Poco a poco, fue escalando posiciones en el conjunto ché hasta alcanzar el primer filial valencianista en 2009. Con el Valencia Mestalla, el malagueño empezó a hacer méritos para ser tenido en cuenta por el primer equipo (ayudando en el ascenso del equipo a Segunda División B), hasta que en 2010 (el 11 de noviembre) llegó su debut en la élite. Fue en un encuentro de Copa del Rey ante el Logroñés, en el que Isco hizo dos goles y demostró que tenía mucho fútbol en sus botas. Unos días después, debutaba también en el campeonato de Liga jugando 20 minutos ante el Getafe. Eran buenos tiempos para Isco en Valencia, pero las cosas iban a cambiar.

Al término de la temporada 2010-11, la guerra entre el club y el jugador estalló, con Unai Emery de por medio. El entrenador consideraba que a Isco le faltaba físico para poder jugar en Primera División y que debía continuar formándose en el filial. El jugador, con 19 años recién cumplidos, no se tomó bien que el Valencia quisiera renovarle con un contrato que le ataba al Valencia Mestalla pero no incluía el ascenso al primer equipo. Según el entrenador, Isco era "un futbolista con cierta indisciplina y tendencia a engordar", tal y como escribiría posteriormente en su libro. Además, el Valencia consideraba que exigía demasiado dinero para ser un futbolista tan joven. Por todo ello, Isco decidió que lo mejor era hacer las maletas y volver a su tierra, Málaga.


El Málaga pagó los 6 millones de euros de la cláusula de rescisión e Isco firmó un contrato de cinco años. Sin embargo, el mediapunta sólo cumpliría dos. En su primera temporada en La Rosaleda, anotó 5 goles en 35 partidos (Liga y Copa del Rey) y fue uno de los pilares del Málaga de Pellegrini, logrando una clasificación histórica para la Liga de Campeones. Al año siguiente, fue también uno de los principales estandartes del equipo de la Costa del Sol en Europa, alcanzando los cuartos de final de la Liga de Campeones y sumando en total 47 partidos y 12 goles.

Su buen trabajo en 2012 sería premiado con el Golden Boy, premio concedido por el diario italiano Tuttosport y que es considerado como el Balón de Oro de los futbolistas menores de 21 años. En 2013, poco antes de firmar con el Real Madrid, también se le concedió el Trofeo Bravo. El 27 de junio de ese año se hacía oficial su llegada al club blanco, siendo presentado el 3 de julio. En menos de un año, Isco sumó los primeros títulos a su palmarés con la consecución de la Copa del Rey y sobre todo con la Décima Copa de Europa.

Isco está llamado a ser uno de los referentes de la Selección Española durante los próximos años, y de hecho ya es un fijo en los planes de Vicente Del Bosque después de haberse estrenado en la selección absoluta en 2012. El malagueño formó parte de la lista de futbolistas que no lograron triunfar en los Juegos Olímpicos de Londres con la Sub 21 ese mismo año, pero en 2013 se pudo resarcir consiguiendo el Europeo de la categoría, torneo en el que anotó tres goles y se convirtió en Bota de Bronce. Isco lo tiene todo para hacer historia en el fútbol español, y después de dos temporadas de blanco se ha convertido en uno de los jugadores más queridos por el madridismo. Lejos queda aquel adolescente que presumía de barcelonismo. Como suele decirse, el Barça es una moda, pero el Real Madrid es una leyenda… Isco ya lo ha comprendido.

"No era del Madrid de pequeño, diría que soy un poco antimadridista aunque uno no sabe dónde va a estar su futuro, pero es un equipo que nunca me gustó", aseguraba en una entrevista en Superdeporte durante su etapa en el Valencia, mientras que puso de nombre Messi a su perro y por las redes sociales circulaban las fotos de un jovencísimo Isco con la camiseta azulgrana. Ahora, en Can Barça se tiran de los pelos al pensar que podían haber tenido a un jugador llamado a ser de los más importantes durante la próxima década. Y el madridismo disfruta de un Isco que, con la llegada de Benítez, espera expectante para ver qué papel le otorgará el nuevo entrenador. Su historia se sigue escribiendo y tiene mucho camino por delante...