El Espanyol tiene claro que no quiere malvender a Kiko Casilla, al que tienen en una alta estima. Sin embargo, el club tiene deudas que tiene que pagar en cuestión de días y necesitan ingresar dinero para poder ponerse al día y que no haya sanciones deportivas de por medio, por lo que tendrán que acabar desprendiéndose del portero aunque no lo deseen.
El Real Madrid conoce la situación y, aunque no quiere pagar los 10 millones de euros que pide el Espanyol por Kiko Casilla, podría subir en estos días su oferta de 4 millones. La idea del club blanco es llevarse al portero catalán antes de diez días para que se pueda incorporar a la segunda parte de la pretemporada merengue en su viaje por China.
Eso sí, el Real Madrid tampoco pretende acercarse a esos diez millones de euros que pide el Espanyol, pero como gesto de buena voluntad subirá la oferta para ayudarle a saldar sus deudas. Las relaciones entre los dos clubes siempre han sido buenas y el club blanco no quiere que esta situación pueda ponerlas en peligro.
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