Los inicios de Kroos, el GPS del Real Madrid

DC repasa cómo fueron los comienzos futbolísticos del centrocampista alemán


Toni Kroos y Arturo Vidal




Franz Beckenbauer no quitó ojo de encima a Toni Kroos durante el Mundial Sub 17 celebrado en Shanghai en 2007. El Kaiser, acompañado de Gerd Müller, no tuvo ninguna duda cuando le comentó a su amigo que debía prestar atención al hoy futbolista del Real Madrid: "Al número '10' tienes que echarle un ojo, ya verás como será un grande", le dijo. No le faltaba razón. En ese torneo, Kroos llevó a Alemania al tercer lugar y se proclamó Balón de Oro y Bota de Bronce. Pero su historia pasa antes por Greifswald y por Rostock, donde Toni jugaba descalzo para igualar las diferencias con el resto de los niños de su edad.

Suele decirse que el hábito hace al monje, y en el caso de Toni Kroos es una verdad como un templo. Crecido en una familia de deportistas, el futbolista alemán vio a sus dos padres competir como deportistas de élite desde niño. Su padre, Roland, fue futbolista como él, y su madre, Birgit Kammer, fue campeona de bádminton de la República Democrática de Alemania. Sobre su infancia, Kroos afirma que no tuvo demasiadas oportunidades de ejercer otra profesión: "Cuando lo pienso llego a una conclusión muy sencilla: nunca tuve otra oportunidad que no fuera ser futbolista", admite el alemán. Su hermano Félix también siguió los pasos de su padre.

Toni ingresó en su primer equipo, el Greifswalder, cuando apenas era un mocoso. Todavía no sabía escribir cuando ya empezaba a pulir su talento con los pies, tal y como recuerda Wolfgang Töllner, su primer entrenador: "Cuando entró en el equipo ya sabía patear el balón, pero todavía no sabía escribir". Diferentes amigos de la familia coinciden en que Kroos ya era un crack desde niño, tenía una gran visión de juego y aunque era más lento que su hermano tenía grandes capacidades tácticas. Poco a poco, diferentes clubes alemanes empezaron a seguir los pasos de ambos hermanos, que terminarían en los equipos infantiles del Hansa Rostock, equipo de la Tercera División alemana. Toda la familia se mudó a Rostock y el club le dio un empleo al padre de Toni como entrenador en las categorías inferiores.

A pesar de que el fútbol era la pasión de Kroos, el futbolista tampoco descuidaba sus estudios y sacaba buenas notas, hecho que favorecía que sus profesores no pusieran el grito en el cielo ante las numerosas clases que perdía por 'culpa' del fútbol: "Todos los días venía con algo nuevo. Pero al ver que sus notas estaban más o menos en orden, lo aceptamos. Siempre hacía lo necesario para pasar de curso, pero sabía perfectamente lo que quería; su pasión era el fútbol", recuerda Siglinde Heimann, profesora de Kroos durante tres años. En clase de Educación Física, para que los partidos no fueran injustos, sus compañeros le 'obligaban' a jugar descalzo.


De jugar descalzo en Rostock a firmar con el Bayern

En 2006, cuando aún era un juvenil, sus padres firmaron con el Bayern Múnich su primer contrato profesional. Fue el primer gran salto en la carrera deportiva de Kroos, que no tardaría demasiado en empezar a hacerse un nombre en la élite del fútbol germano. Con 17 años y 265 días y después de destacar en las categorías inferiores del Bayern se produciría su debut con el primer equipo, un récord de precocidad en la Bundesliga en ese momento. Sin embargo, el club de Múnich decidió que todavía estaba verde para jugar con los mayores y por eso lo cedió durante una temporada y media al Bayer Leverkusen, desde enero de 2009 hasta junio de 2010. Al lado de Arturo Vidal, Kroos brilló con luz propia y su buen hacer en el Bay Arena le llevó de vuelta al Allianz.

Fue en 2010 donde arrancó su verdadera trayectoria en el Bayern, equipo con el que jugaría más de 200 partidos antes de fichar por el Real Madrid y con el que conquistó todos los títulos, incluido el triplete en 2013. Sin embargo, aquel año una grave lesión le impidió ser parte de aquella conquista, por lo que Kroos aún no sabe lo que es ganar una Liga de Campeones sobre el campo. Comparado con un GPS por su capacidad para orientar el fútbol de su equipo, Kroos sí que ha levantado una Copa del Mundo. Fue durante el pasado Mundial de Brasil, precisamente, cuando terminó de erigirse como uno de los mejores pasadores del mundo. El alemán consiguió un 85% de efectividad en el pase, completando 633 pases buenos en los siete partidos que disputó. En el Bayern su efectividad llegó a superar el 90% en varias temporadas, y en el Real Madrid aspira a seguir mejorando. Sólo tiene 25 años y se encuentra prácticamente en el ecuador de su carrera, por lo que a su lista de grandes éxitos todavía le faltan algunos hits.