No hay nada como los ricachones propietarios de clubes de fútbol. El jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan, quien maneja a Sulaiman Al-Fahim como gestor de la entidad, propietario del Manchester City desde finales del pasado mes de agosto, tiene el dinero por castigo y, tras fichar en el sprint final del cierre de mercado a Robinho por 41 millones de euros podría volver a dejar algunos jugosos dividendos en la caja del Real Madrid.
Concretamente, siete. La Prensa inglesa e italiana airea hoy que Mark Hughes, entrenador del los citizens, le ha pedido a su club el fichaje de Antonio Cassano en el mercado de enero. El actual club de Talentino, la Sampdoria, atraviesa una grave crisis no sólo de resultados, sino también económica, y está dispuesta a deshacerse del futbolista, quien además en los últimos tiempos ha vuelto a poner de manifiesto que las "cassanattas" son incombustibles.
El jugador tiene al grupo de los nervios por su actitud pasota y déspota y el incidente que protagonizó hace unos días al ser sustituido por Bonazzoli durante un partido parece haber colmado el vaso de la paciencia de su actual club, que espera sacar entre 20 y 25 millones de euros por la operación para así quitarse un peso de encima y, de paso, sanear sus maltrechas arcas.
¿Y qué pinta el Real Madrid en todo esto? Pues que el club blanco, que traspasó al jugador gratis a la Sampdoria el pasado verano tras haberlo tenido una temporada jugando en el club genovés, se ha guardado un porcentaje de los derechos sobre el futbolista en caso de que éste sea vendido a otro club. Durante esta primera temporada, el Real Madrid percibiría 7 millones de euros en caso de que el futbolista sea traspasado a otro equipo, con independencia del valor de la operación. Durante la siguiente, el club blanco obtendría cinco millones. Así que Bin Zayed puede ser agua caída del cielo... aunque venga de los Emiratos Ãrabes Unidos.
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