El extremo es de los que cambia la dirección de un partido. Su velocidad, desborde y verticalidad puede desequilibrar un encuentro en cualquier momento. Rafa Benítez conocía muy bien lo que era capaz de darle al equipo Lucas Vázquez y por eso le pidió a la directiva que lo repescaran del Espanyol. Su papel dentro del equipo puede ser parecido al que realizó José Callejón en su momento o el que tuvo Jesús Navas cuando iba con la selección. Salir desde el banquillo y romper el encuentro.
Al cabo del año a los blancos se le atragantan 10 o 12 equipos que en un principio podían parecer fáciles, pero que luego la cosa no es como parecía y se complica. Esos encuentros son los que a la postre determinan si consigues un título o no. Va a ser en esos momentos cuando Rafa Benítez tirará del canterano. Es el cambio perfecto. Un jugador rápido, que entra fresco y que tiene mucha facilidad para irse de los rivales. Eso, unido a que en el área suele estar el mejor rematador de cabeza del mundo, Cristiano Ronaldo, deja un resultado evidente. Goles.
Es un extremo a la antigua usanza y el Real Madrid hacía tiempo que no contaba en su plantilla con un jugador de esas características. Llegó sin hacer ruido y poco a poco se está haciendo un sitio y ha adquirido un rol que puede hacerle permanecer en el Santiago Bernabéu, siendo importante en momentos puntuales de la temporada.
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