Benítez no ha llegado exigiendo al Real Madrid. De hecho, desde el primer momento se ha mostrado satisfecho y encantado con "la mejor plantilla" que ha entrenado nunca. Pero los partidos de pretemporada han evidenciado que este equipo todavía precisa de un par de retoques tanto en la medular como en la delantera. Quizá ambos no sea indispensables, pero en caso de llegar permitirían afrontar la temporada con más garantías. Por eso el entrenador insiste cada vez que habla con un miembro de la directiva y lo seguirá haciendo la próxima semana, una vez que se reuna con Florentino Pérez y José Ángel Sánchez para presentr su informe sobre la pretemporada.
La prioridad es el centro del campo, donde Illarramendi sigue en la cuerda floja. El jugador quiere quedarse, pero cuenta con una oferta importante del Liverpool. Además, la salida de Lucas Silva en forma de cesión es también un hecho, por lo que no se descarta que el club se mueva para reforzar el puesto en las dos próximas semanas. Y ahí el principal candidato es el argentino Biglia, un jugador del Lazio que gusta especialmente a Benítez. El problema es que el club italiano lo está tasando en un precio imposible para el Real Madrid: 40 millones de euros. Y es que en el club saben que no los vale.
Y en ataque hay menos opciones de que venga un refuerzo. A falta de '9' puro para competir con Benzema, el club confía en la pléyade de mediapuntas y extremos que hay en la plantilla. James, Isco, Lucas o Denis echarán una mano a Jesé cuando la 'BBC' esté en problemas. Quizá no tengan tanto gol como un verdadero ariete, pero pueden ayudar a desatascar más de un partido. Por eso, y a pesar de la insistencia de Rafa, salvo que se presente una 'ganga' veraniega, la delantera es una posición que está prácticamente cerrada.
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