Con la llegada de Mateo Kovacic el Real Madrid completa el mejor centro del campo del mundo. Jugadores totalmente contrastados junto con jóvenes que prometen, y mucho, dar guerra de aquí a unos años. Hasta seis jugadores forman la medular blanca, aunque dos de ellos saldrán del equipo este verano, Illarramendi y Lucas Silva, que ya no tiene dorsal.
Pero al Real Madrid le ha costado mucho tiempo, y dinero, conjuntar a este grupo de mediocentros capaces de tener una disciplina táctica y defensiva y, a la vez, organizar el juego de ataque de un equipo como el blanco. Unos 35-40 millones de euros pagó el club presidido por Florentino Pérez al Tottenham por Modric, Entre 25 y 30 al Inter por Kovacic, 25 al Bayern por Toni Kroos, 14 por Lucas Silva, unos 30 por Illarramendi y unos 10 ó 12 millones por Casemiro, contando lo pagado este verano al Oporto.
Todos no tienen sitio y el club le está buscando salida a Illarra, que no tendría hueco en la plantilla por el importante número de jugadores que ocupan su posición, aunque desde su agencia de representación desmienten que vaya a salir. Y Lucas Silva, que se irá cedido un año a un equipo en el que tenga minutos. En la entidad confían mucho en él y confían en que en el futuro sea un jugador importante. En 2016 regresará al Santiago Bernabéu.
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