El Shakhtar, un equipo exiliado

La guerra les obliga a jugar a 1.000 kilómetros de su casa





Liviv se encuentra nada más y nada menos que a 1.026 kilómetros de su localidad natal y, por lo tanto, de su afición. Se trata de un exilio forzado que seguro ha afectado al ánimo de sus jugadores, quienes aún así siguen destacando por su voluntad.

Fueron los propios futbolistas los que solicitaron al dueño del club, Rinat Akhmetov, un cambio de sede pues se sentían enormente inseguros en su hogar habitual por temor al estallido de un conflicto bélico cerca. En este momento, los jugadores del Shakhtar se suelen hospedar en Kiev, a 500 kilómetros de Lviv.

No obstante, los más perjudicados por este traslado no son otros que unos aficionados que tienen grandes dificultades para ver a su equipo cada fin de semanas y se ven obligados a realizar auténticos viajes maratonianos si desean animar a su equipo.