Así lo demuestran los datos. De los últimos tres partidos disputados como visitante, los blancos han caído derrotados en dos de ellos. Esa regularidad lejos del feudo madridista ha desaparecido. Después de ganar en Cornellà, San Mamés, empatar en el Calderón, y ganar en Balaídos, los de Rafa Benítez perdieron en Sevilla y hace escasos 15 días volvieron a dejar escapar tres puntos importantísimos en Villarreal.
En medio de esos dos partidos, una victoria muy trabajada contra el Eibar que parecía el resurgir de un Real Madrid que no pasa por su mejor momento en Liga. En el Pizjuán los merengues comenzaron ganando con un golazo de Sergio Ramos, pero tras una gran primera media hora de juego, los sevillsitas supieron darle la vuelta al marcador y terminaron ganando el choque por tres tantos a dos.
La derrota en Villarreal fue tan dura como inesperada. Era una grandísima oportunidad de recortarle puntos a los dos primeros y no solo no se les restó puntos, sino que el Barça, con su empate aquella jornada, le sacó un punto más al Real Madrid. Este domingo llega una nueva visita, complicada, sí, pero es el momento perfecto para cambiar esta tendencia y empezar a volver a hacerse fuertes a domicilio.
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