Partidos como el de Valencia, Atlético de Madrid o Sevilla son claros ejemplos. El Real Madrid se puso por delante en el marcador en todos ellos y con el resultado a favor se replegaban con la idea de sentenciar el partido en alguna contra. Puntos que los de Chamartín podrían tener en su casillero y que les permitirían estar en una posición más cómoda en el campeonato liguero.
Rafa Benítez insistía una y otra vez que en ningún caso él le daba órdenes a sus jugadores de que dejarán de atacar, pero lo cierto es que sí que ocurría. Zidane quiere quitar este vicio del equipo cuanto antes. En su mente está la idea de ir siempre a por más y no conformarse con mantener el marcador. Contra el Dépor ya se pudo ver a un equipo mucho más ambicioso que en otros encuentros y durante los 90 minutos el Real Madrid buscó el gol.
No le cedió en ningún momento el protagonismo al conjunto gallego, dominó en todo momento el encuentro y esto es algo que quiere mantener durante su, esperemos larga, etapa en el Real Madrid. La finalidad de buscar aumentar el luminoso es clara: no verte sorprendido a última hora con un gol inesperado y que te haga perder puntos. Además la filosfía madridista siempre ha sido la de cuanto más goles mejor. Nunca se han caracterizado los merengues por ser un equipo que especula.
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