¿Quién será el sustituto de Bale? ¿Modificará el sistema de juego Zidane por la ausencia del galés? Ésas eran algunas de las preguntas que se hacía el madridismo antes del choque ante el Betis, y este domingo obtuvimos por fin la respuesta después de una larga semana esperando a que llegara el partido. El entrenador francés escogió a James en el lugar de Bale, dejando a Jesé en el banquillo, y decidió apostar por un sistema con mayor presencia en el centro del campo.
A lo largo del partido, vimos a un James que intentaba cosas: corriendo, presionando, ofreciéndose... El colombiano aportó al equipo, en cierta forma, lo que Zidane quería, pero no tuvo su día. Siempre se puede tener mejor o peor suerte en un terreno de juego, que las cosas te salgan o no, pero lo que no se puede permitir es la indolencia. James demostró que tiene ganas de ganarse la confianza del mister, pero las cosas no marcharon como él quería y terminó sustituido justo cuando parecía estar entonándose.
Juegue Bale, Isco, Jesé o James, la idea de Zidane está clara: dominar los partidos, hacer goles y sobre todo ganar. Y en esta ocasión, el colombiano no pudo aportar su granito de arena a pesar de que Zidane le veía preparado para jugar. Todavía queda mucho camino por delante para que el '10' vuelva a ser el que fue la temporada pasada.
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