La semana pasada el Real Madrid desaprovechó el pinchazo de los colchoneros. Con el empate en el Villamarín, no fueron capaces de reducir la ventaja de cuatro puntos que tienen en estos momentos el conjunto rojiblanco, pero tras perder contra el Barcelona y dejarse tres puntos más en el camino, los de Chamartín deben salir con todo en el partido ante el Espanyol y ponerse a un punto del Atlético.
El objetivo a corto plazo es llegar al derbi del próximo 27 de febrero, como mínimo, a menos de tres puntos de ventaja, superarles en el Santiago Bernabéu y salir de ese encuentro por delante de ellos. El mejor de los casos sería superarlos cuanto antes, ganarles en el coliseo blanco y dejar casi sin opciones de título al Atlético de Madrid. A partir de ahí, y con los del Manzanares fuera de conbate, empezar a centrarse en el Barça.
Con su victoria este sábado, los de Luis Enrique dieron un paso más hacia el título de Liga. Es cierto que va a ser muy complicado llegar al primer puesto, pero si por algo se caracteriza el Real Madrid es por las remontadas. El equipo ha recuperado la ilusión con la llegada de Zidane y, además, todavía hay que ir al Camp Nou para jugar contra un Barça que ultimamente no está haciendo un gran juego. No hace muchos años, el Madrid de Mou dio un golpe encima de la mesa y ganó media Liga en el estadio culé. ¿Por qué no repetir?
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