Su ídolo era Uli Stielike. El centrocampista alemán estuvo ocho temporadas en el Real Madrid y con su juego se convirtió en una de las leyendes del madridismo. También le gustaban Camacho, Pirri o Miguel Ángel. "Uli Stielike. También me gustaban Miguel Ángel, un portero excepcional, Pirri y por supuesto Camacho. Eran tiempos donde veía el fútbol en el tercer anfiteatro, en los focos", explica.
Admite que debido a que su padre trabaja, él solía acudir con la peña madridista de Humanes, lugar de origen del técnico, aunque ya en la adolescencia se hizo abonado del club blanco. "Mi padre, con el restaurante, no podía llevarme así que me metían en el bus de la peña del Madrid en Humanes y allí iba feliz a Madrid. Luego fui socio y disfruté con la Quinta del Buitre", dijo en palabras a EFE.
Comenta que durante su etapa como jugador intentó ingresar en las categorías inferiores del Real Madrid y que como toda vez que se sacó el carnet de técnico repitió la operación. "De chaval probé en el Madrid, en esos años del torneo social, dirigía la cantera Mezquita. Nada más sacarme el carnet fui a pedir trabajo al Real Madrid. Yo era muy joven. No tuve suerte. Salí del Bernabéu, me asomé a uno de los vomitorios y viendo el estadio, me dije: algún día volveré a este campo como entrenador. La primera vez que fui con el Rayo de entrenador al Bernabéu cumplí mi sueño", finalizó.
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