Al Madrid le faltaron armas y sucumbió en el derbi

El Atlético, cerrado desde el inicio

Si decimos que durante los primeros 45 minutos el único que parecía dispuesto a seguir peleando por la Liga era el Real Madrid no estamos contando ninguna mentira. La estrategia del Atlético era la esperada, presión arriba en un primer momento, y una vez que la pelota no se podía recuperar, repliegue inmediato para formar un entramado defensivo de jugadores delante de la portería de Oblak. Jugadores como Griezmann o Koke no hacían más que perseguir el balón para tratar de cortocircuitar cualquier ataque del Real Madrid.

El Madrid, sin velocidad y sin uno contra uno

Ante esa tela de araña el equipo de Zidane no encontraba las teclas que le pudieran abrir las puertas del gol. Seguramente había dos claves para encontrarlas, velocidad en el toque de balón y regate en el uno contra uno, dos facultades que apenas se dejaban ver. Y es que al Madrid le costaba jugar al primer toque, una premisa vital para descomponer una estructura defensiva como la del Atlético de Madrid.

Un tiro por equipo en el primer acto

El primer acto fue tan soso que apenas hubo disparos a portería. Podríamos hablar de uno por cada equipo, el primero de Cristiano Ronaldo en un lanzamiento de falta despejado por Oblak, y otro de Griezmann desde fuera del área que fue sacado en un despeje acrobático por Keylor Navas.

Cristiano falló una ocasión clave

Lo cierto es que la segunda parte del encuentro empezaba con toda la chicha del mundo. La primera noticia era una sustitución en el equipo de Zidane, la entrada del canterano Mayoral en lugar de Karim Benzema, y la segunda, una ocasión de oro que Cristiano Ronaldo desperdiciaba de forma poco habitual al rematar cruzado demasiado alejado del palo derecho del portero visitante.

El Atlético golpeaba de forma psicológica

Sin embargo, después de que el Real Madrid tuviera su opción de marcar y la fallara, el Atlético haría diana en la suya. Un balón a la espalda del centro del campo merengue terminaría con un balón al área de Filipe que al primer toque remataba Griezmann al fondo de la red de Keylor Navas.

Clos Gómez se comía un penalti a Modric

Los minutos empezaban a caer como puñales sobre las esperanzas de remontada del Real Madrid. Aun así, con la entrada de Lucas Vázquez y Jesé el equipo blanco tuvo un empuje renovado para tratar de buscar al menos el empate. Por si esto fuera poco, el árbitro del partido, Clos Gómez, hizo lo que algunos ya apuntaban en los días previos, es decir, tragarse un penalti clarísimo a favor del Real Madrid por un atropello de Gabi sobre Danilo que quedó impune.

El Madrid no dio con la tecla

El Madrid lo intentaba, sin alardes, con más corazón que cabeza, pero no era capaz de encontrar huecos, y las oportunidades llegaban más por arranques individuales que por una buena conjunción del equipo blanco. Al final, el 0-1 se quedó inamovible en el marcador y a partir de ahora, sus cinco sentidos deben pasar por hacer una gran Champions que le ofrezca  una alegría a los aficionados del Real Madrid.