Él no quiere ser un obstáculo. A pesar de que firmó por lo que restaba de temporada y una más, Zinedine Zidane encomienda su futuro al club blanco. Si desde la directiva se estima oportuno que el francés tiene que ser el técnico que esté al frente del cuadro blanco el curso próximo, él aceptará, pero si al final la temporada no acaba bien y se decide que Zizou no debe ser el que lidere el nuevo proyecto blanco acatará la decisión y dará un paso al lado.
En ningún caso quiere entorpecer el futuro del Real Madrid. La situación es complicada y cuando aceptó hace apenas dos meses el reto de ser el entrenador del equipo merengue, sabía que era una apuesta muy arriesgada, pero se veía preparado para asumir esa responsabilidad y aunque el trabajo de momento no se está plasmando sobre el terreno de juego, de la boca de los jugadores tan solo salen palabras de elogio para el galo.
De momento, todavía tiene abierta la ventana de la Champions. Si los blancos son capaces de hacerse con el título continental, todos los males que está viviendo el equipo se olvidarán y todo se vería de una manera distinta, pero sin querer ser oportunista, cuando peor está el equipo, Zidane se puso del lado de la directiva y apoyará cualquier decisión que tomen.
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