En las altas esferas del Real Madrid hay una enorme satisfacción por cómo Cristiano Ronaldo se merendó al Wolfsburgo y metió al club blanco en las semifinales de la Champions. La cúpula del club blanco está orgullosa de que el buque insignia de la entidad fuera el hombre que resolviera la eliminatoria: "Cristiano Ronaldo no sólo es el mejor jugador del mundo, sino que representa como nadie los valores del Real Madrid", se escuchó en el palco de Chamartín el pasado martes, según esta información.
El orgullo y la emoción de los dirigentes proviene no sólo de la hazaña conseguida por el portugués, sino de la actitud de éste, un comportamiento ejemplar que le ha convertido en un emblema histórico del Real Madrid: "Cristiano ha recuperado su mejor versión el momento justo. Ha demostrado su ambición, su carácter y su liderazgo. Nunca dudó y se echó al equipo a la espalda cuando más le necesitábamos", comentaban los directivos del Real Madrid, encantados con el portugués.
Eso sí, lo conseguido el martes no es un título. Sólo es un paso más hacia la Undécima Copa de Europa, que está a tres pasos para el club blanco: "Con un jugador como Cristiano en el campo se puede soñar con cualquier cosa y con la Undécima también", creen en el Real Madrid. El portugués devolvió la fe y la ilusión al madridismo el pasado martes, pero también a la cúpula madridista, desencantada por los tropezones continuos que ha vivido el equipo a lo largo de la temporada.
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