Esa debe ser la única explicación que justifique la ausencia del Manchester City sobre el césped el día antes del choque. El último entrenamiento siempre suele ser considerado “muy importante” por el equipo foráneo para conocer las dimensiones del terreno de juego, el estado del césped o el posible deslumbramiento causado por los focos en el caso de los balones aéreos para los guardametas.
Pero Pellegrini no quiere saber nada. Todavía recuerda con amargura la temporada en la que estuvo sentado en el banquillo madridista. No pasó de la primera ronda en la Copa humillado por el Alcorcón, cayó en octavos de final de la Champions ante el Lyon y quedó segundo en la Liga pese a los 96 puntos materializados en 38 jornadas.
El chileno siempre ha presumido del “puntaje”, de la trayectoria del equipo en el campeonato, pero lo cierto es que salió por la puerta de atrás tras una temporada en blanco. Seis años después, volverá a pisar el césped del Bernabéu aunque lo hará únicamente el día del partido. El entrenamiento previo ha decidido ‘fumárselo’ de mala manera.
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