El 4 de enero de 2016, el Real Madrid comunicaba la destitución de Rafa Benítez. Horas más tarde, Florentino Pérez anunciaba la llegada de Zidane. El presidente se jugaba todo a una carta. El francés se hacía cargo del primer equipo después de una corta trayectoria en el Castilla. Sin embargo, todo funcionó desde el primer día. Los jugadores apoyaron la apuesta y desde el primer encuentro se vio a un Real Madrid radicalmente distinto.
El equipo goleaba en casa, jugaba cada vez mejor pero las dudas seguían siendo grandes lejos del Bernabéu. Los partidos en el Villamarín, en Granada o en Las Palmas no terminaban de mostrar a un Madrid convincente pero Zidane seguía llevando a los suyos por el camino correcto. Solamente faltaba dar la talla en una gran cita, y sin duda, la victoria en el ‘Clásico’ lo cambiaría todo.
Desde entonces, el Real Madrid suma 10 victorias seguidas en la Liga, se ha metido en la final de la Liga de Campeones y toda la afición sueña con levantar dos títulos esta temporada. Además, y sin duda es casi lo principal, al equipo de Zidane se le ve una idea de juego. El francés sabe como plasmarla sobre el terreno de juego y los resultados están llegado. Desde luego, L’Équipe tiene razón: “Ha nacido un entrenador”.
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