La filosofía del técnico acabó separando a uno del otro y la situación se complicó aún más cuando Arbeloa lesionó sin querer a Casillas en enero de 2013 al golpearle una mano. A partir de ese momento cada uno siguió defendiendo al Real Madrid a su manera, pero siempre por separado, por lo que se limitaron a convivir como buenos profesionales. A nadie se le escapaba que la relación entre ambos no era buena y que se trataban lo justo y necesario para no perjudicar al equipo. Fueron tres años intensos, pero que demostraron su buena disposición para colaborar por el bien común.
Su convivencia terminó el pasado mes de julio con la salida de Casillas del club. Así, ambos están separados por cientos de kilómetros, pero mantienen el respeto que nunca se perdieron. Que no sean amigos o no comulguen no quiere decir que no mantengan su cortesía y educación al hablar el uno del otro. Por eso el portero quiso tener un detalle con su ex compañero el domingo por la noche cuando mencionó su despedida del Real Madrid y le agredeció "todo lo que ha hecho por el club".
El guardameta no estaba obligado a acordarse de Arbeloa, pero aún así lo hizo. Un detalle que al propio 'espartano' no se le pasó por alto, ya que 24 horas después lo agradeció durante su participación en el programa 'El Larguero'. "Estoy agradecido a Casillas porque no tenía necesidad de hacerlo y si lo ha hecho es porque lo ha sentido" aseguró. Por lo tanto ambos dieron todo un ejemplo de señorío madridista y demostraron que la educación y el respeto deben estar siempre por encima de todas las circunstancias personales.
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