Aquella final fue la culminación a una Copa de Europa casi perfecta en la que el Real Madrid eliminó al campeón en semifinales y al Bayer Leverkusen en los cuartos de final. En la fase de grupos, los blancos superaron con holgura a equipos como el Oporto, el Olympiacos o el Rosenborg. Fue, precisamente, en Noruega, cuando Iker Casillas viajaría por primera vez con el primer equipo madridista.
El Madrid llegaba a la final como víctima propiciatoria, con pocas opciones y prácticamente ‘muerto’. Todo el mundo apostaba por una Juventus trufada de estrellas, que llegaba a su tercera final seguida y con futbolistas como Del Piero, Zidane, Inzaghi o Davids en el mejor momento de forma de su carrera.
Pero el gigante blanco fue implacable. Raúl avisó en la primera parte con una clara ocasión de gol pero fue el montenegrino Pedja Mijatovic quién le daría el título al Madrid 32 años después. Aquel gol de Pedja ha sido el más celebrado por muchos merengues en su historia. La ‘Séptima’ todavía late en el corazón de una hinchada que sueña con levantar la Undécima en apenas 8 días.
DEJA TU COMENTARIO