Los supervivientes de aquella final-Juanfran, Godín, Filipe, Koke..-recuerdan aquella final como un mal sueño. La oportunidad perdida en Lisboa no regresará jamás y en el vestuario atlético solamente se mira al futuro. Milán, San Siro y el Real Madrid son las únicas obsesiones atléticas en este momento, sin pensar en todo lo que sucedió el 24 de mayo de 2014 en el estadio Da Luz.
La caseta atlética es un búnker, pero tras sus paredes se escuchan mensajes del tipo: “es el partido de nuestras vidas”, “tenemos que salir a morir desde el principio” o “ya les hemos ganado una vez este año”. La plantilla está convencida: “se le puede ganar al Real Madrid”. Pero la final de Lisboa, aunque sea inconscientemente, siempre estará en la mente de todos los atléticos.
Ese minuto 93 no podrá olvidarse jamás. Pase lo que pase en San Siro, aquella ‘espina’ siempre estará clavada en el corazón atlético. Sergio Ramos apareció para darle la gloria al madridismo y devolver al Atlético a su estado natural cuando se enfrenta al Madrid: la derrota. El Madrid quiere que Milán sea la segunda parte de una película de Champions que se inició en la capital de Portugal.
DEJA TU COMENTARIO