La primera final ante un equipo patrio se disputó en el año 2000. En el estadio de Saint-Denis en París, un Real Madrid que había cuajado una pésima temporada en Liga, volvía a demostrar que en Europa sigue siendo imbatible. Venció por 3-0 con goles de Morientes, McManaman y Raúl y celebró por todo lo alto la octava Copa de Europa de su historia.
Tras ganar la Novena en el 2002, en 2014, el Real Madrid se enfrentaba a una nueva final de la Copa de Europa doce años después. Y lo hizo, ante el mismo rival, al que ha derrotado en la noche de hoy. Los merengues vencieron por 4-1 pero tuvieron que esperar a la prórroga para cerrar un encuentro que parecía perdido en el minuto 92 de partido.
El Madrid es un experto en jugar finales, un equipo que siempre da lo mejor de sí mismo cuando la presión aprieta. Jugarte una Copa de Europa ante un rival de tu país no es nada cómodo pero el equipo merengue siempre responde a las mil maravillas. Hoy, se ha vuelto a demostrar. Valencia y Atlético de Madrid ya saben cómo se las gasta el Madrid en una final de Champions.
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