Casemiro ha vivido un año repleto de emociones y novedades dentro y fuera del campo
Casemiro, jugador del Real Madrid
Casemiro ha vivido un carrusel de emociones en los últimos doce meses tanto dentro como fuera del campo y por eso le costará muchísimo olvidarse la temporada 2015/16.
El verano pasado el
Real Madrid decidía recuperar a
Casemiro después de la gran temporada que había hecho en su cesión en el
Oporto. Pocos entendieron la decisión pero
Rafa Benítez insistió en que le quería en su plantilla y, de hecho, jugó en 18 de los 25 partidos que el técnico madrileño dirigió en el club blanco. El brasileño se hizo un fijo, fue titular en 13 ocasiones, pero con la llegada de
Zidane todo cambió.
Sin embargo, Casemiro demostró a
Zidane que era indispensable y de nuevo le hizo volver al once y su respuesta fue ser de los mejores en la victoria en el
Camp Nou y en la final de la
Liga de Campeones. Eso le llevó a ser convocado por
Brasil para la
Copa América, pero
Dunga le relegó a un segundo plano y su selección se fue a casa en la fase de grupos. Ahora su país le reclama de nuevo para estar en los
Juegos Olímpicos.
Pero fuera de los terrenos de juego el año de
Casemiro también ha sido de aúpa. Y es que en el mes de marzo nacía su primera hija,
Sara. A ella le dedicó el gol que marcó en
Las Palmas y, sobre todo, la
Undécima que celebró en
Milán hace solo unas semanas. Quizá son
los dos momentos más importantes de su vida.
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