En el Real Madrid ya sabían que se podían perder partidos durante la gira por Estados Unidos. El equipo blanco finalizó la temporada siendo campeón de Europa casi en junio, y cuatro de sus futbolistas llegaron hasta el final o casi el final de la Eurocopa. Todo ese cúmulo de circunstancias hacen complicado el trabajo en las primeras semanas, con muchas ausencias y con menos rodaje que el resto al tener que alargar las vacaciones de los futbolistas.
Por todo ello, Zidane ya tenía asumida la 'inferioridad' respecto a los rivales. Y es que los tres equipos a los que se va a medir o ha medido el conjunto merengue, PSG, Chelsea y Bayern, están más rodados. Por tanto, se encuentran mejor físicamente y tienen a sus equipos al completo o casi. Ese déficit es algo que Zidane y el club ya tenían en cuenta, por lo que no hay nerviosismo alguno ni lo habrá en caso de que los dos partidos restantes no se puedan ganar. Entra dentro de lo posible, aunque no es lo deseable.
Zinedine Zidane trabaja con los suyos para que el test ante el Chelsea de este sábado sea distinto. El equipo blanco ya estará en mejores condiciones, y el francés insistirá para que no se repitan los errores defensivos que 'mataron' al equipo frente al PSG. Todavía no vamos a ver al mejor Madrid, ese equipo se irá viendo cuando vayan pasando los entrenamientos y los partidos. Sin prisa pero sin pausa.
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