Sin duda, la primera mitad realizada por el ‘21’ fue sobresaliente. Morata se asoció, aguantó la pelota de espaldas y creó mucho peligro a la Real Sociedad con sus constantes caídas a banda. Desbordó en tres ocasiones, dio un pase magnífico a Kroos y probó en dos oportunidades la calidad bajo los palos del portero argentino Rulli.
Ya en el segundo acto, el ex de la Juventus intentó forzar un penalti con excesiva picardía y un minuto más tarde obligó al argentino a realizar un paradón para evitar el 0-3. Morata se exprimió a la hora de presionar, no rehuyó un solo desmarque, se asoció con sus compañeros y demostró que el Madrid ha acertado plenamente con su recompra.
Zidane cuenta este año con un recambio para Benzema con el que no contaba el pasado curso. Ahora, las ausencias del francés no serán un drama para el equipo porque Morata ha mejorado ostensiblemente aspectos del juego que no dominaba antes de emigrar a la Serie A italiana. Morata es un futbolista maduro, más hecho y que en el estreno de la Liga dejó sensaciones magníficas al madridismo.
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