El capitán merengue fue el protagonista para lo bueno y para lo malo en el partido ante el Villarreal. Al filo del descanso hizo un claro penalti al parar con las manos en el área un disparo que se acercaba a la portería de Kiko Casilla. Aunque minutos después resolvió el entuerto con un golazo de cabeza tras un córner botado desde la derecha. Así, Ramos compensó su error y restableció el equilibrio, aunque por el camino sumó también la cartulina amarilla que el colegiado González González le mostró por cometer la penal máxima.
Este sería un detalle anecdótico si no fuera porque el de Camas ya acumula cuatro cartulinas amarillas en las primeras jornadas de Liga. En el partido inicial en Anoeta se llevó una por discutir con un rival, mientras que en las jornadas 3 y 4 ante Osasuna y Espanyol fue amonestado por hacer falta. En consecuencia, Ramos está ya solo a una amarilla de perderse su primer partido de la temporada con el conjunto blanco, por lo que deberá tener cuidado en los próximos compromisos si no quiere descansar de manera forzada.
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