El portero terminó visiblemente enfadado el encuentro, no lograba entender el fallo que supuso el segundo gol del Legia. Se le veía serio tanto a la salida del estadio como en el autobús camino del aeropuerto. Ya en el avión, según cuenta Marca, buscó al preparador de porteros Luis Llopis para analizar en profundidad el encuentro. A Navas le obsesionaban los fallos cometidos.
Tanto Llopis como Navas no consideran que el gol de Radovic fuera una cantada. El preparador considera que la reacción inicial del portero fue buena pero que este no tuvo en cuenta el estado del césped. La pelota apenas botó y se coló por debajo de las dos manos de Keylor Navas.
Al guardameta centroamericano le costó mucho dormir. No pegó ojo y se dedicó toda la noche a repasar en su cabeza el partido. Tras 4 meses de inactividad, a Navas le está costando cogerle el punto a la portería. Trabaja sin cesar, y seguro que lo logrará, para ser de nuevo el portero ‘imbatible’ de la pasada campaña.
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