El fin de semana fantástico del madridismo

El equipo de fútbol y el de baloncesto humillaron al Atlético y al Barcelona respectivamente este fin de semana.


Cristiano, derbi

Cristiano Ronaldo




Nunca, jamás en la vida, se puede dar por muerto al Real Madrid. Continuamente muchos, incluso algunos madridistas, cometen este error. El de enterrar a un equipo que siempre resurge de sus cenizas y que en las citas importantes no se achanta.

Lo ha demostrado este fin de semana el Real Madrid de Laso y también el de Zinedine Zidane. En baloncesto y en fútbol, en un lapso de 24 horas, ambas secciones han dado un golpe encima de la mesa.

Y eso que el madridismo tenía muchas dudas de que eso pudiera pasar. Eran muchos los madridistas que presagiaban una catástrofe colectiva en el club, con derrotas ante los dos eternos rivales en ambas secciones.

Y los antimadridistas no sólo se olían algo así, sino que estaban seguros. Pero el Real Madrid se ha encargado de demostrar por qué es una leyenda viva del deporte del balompié y de la canasta.

El recital en el Palau dio el pistoletazo de salida

Todo comenzó en el Palau. El Real Madrid llegaba con el antecedente de la derrota en Liga Endesa ante el Barcelona hacía apenas unas semanas.

Los blancos perdieron aquel encuentro por una puntuación no demasiado abultada, pero se habló de humillación, de revolcón y de un sinfín más de tonterías que se quedaron cortas ante el repaso que Laso y los suyos le dieron al Barcelona el pasado viernes.

El resultado final de 63-102, 39 puntos de diferencia entre ambos conjuntos, no hizo otra cosa que demostrar lo que verdaderamente es una paliza o una humillación. Eso lo es, perder un partido por una diferencia de puntos normal no.

Está claro que el equipo blanco hizo un gran trabajo de motivación y también táctico, porque donde hace unas semanas falló este viernes estuvo perfecto y le demostró al Barcelona que el Madrid manda en el baloncesto patrio y europeo por méritos propios y no por casualidad. Fue un golpe colosal encima de la mesa.


El ridículo asalto al liderato del FC Barcelona

Pero lo mejor estaba aún por venir. “Asalto al liderato”, bramaban los diarios catalanes este sábado, apuntando al derbi del Calderón, faltando al respeto al Málaga y, por supuesto, olvidándose de la debacle culé en el Palau. ¿Y qué pasó en el derbi? Más de lo mismo. Otro recital madridista ante un eterno rival que no vio por dónde le venían los golpes.

Y eso que el Real Madrid llegaba con muchísimas bajas al partido del Calderón. Hasta seis futbolistas fundamentales para Zidane (Sergio Ramos, Pepe, Casemiro, Kroos, Benzema y Morata) no podían ser titulares en el derbi, algo que el entrenador francés no tuvo problema en solucionar poniendo a actores secundarios que cada vez son más protagonistas, como Nacho, Isco, Kovacic o Lucas Vázquez. No suelen fallarle y este sábado no lo hicieron, sino todo lo contrario.

Se las prometían muy felices en el Manzanares y en el Camp Nou, vaticinando el final de la racha de partidos sin perder del equipo blanco. Pero terminaron rendidos a la cruel realidad: que el Real Madrid es el mejor equipo sobre la Tierra. El equipo de Zinedine Zidane le dio un terrible revolcón al Atlético, venció por goleada y de paso le metió una diferencia de 9 puntos en la tabla clasificatoria al rival rojiblanco.

Pero además, el pinchazo del Barcelona en su propia casa ante el Málaga sirvió para meterle también 4 al conjunto azulgrana, que sin Messi se desinfla.

La culminación del trabajo bien hecho

29 partidos sin perder, adiós a una racha de seis derbis sin ganar en Liga y un pasito más hacia el objetivo principal de esta temporada: ganar el 33º campeonato en la historia del club. “La culminación del trabajo bien hecho”, sentencian en la cúpula de la entidad, según cuenta el diario Marca, en referencia a los dos recitales del equipo blanco.

Las cosas se están haciendo muy bien, cada vez mejor, a todos los niveles. Y deportivamente, el Real Madrid funciona como un reloj suizo. Sólo queda continuar así y demostrarlo con títulos a final de temporada.