Sergio Ramos no estaba recuperado al 100% y Zidane no quiso arriesgar. En la charla previa del partido, el galo ‘agarró’ a los dos jugadores y les recordó que el Derbi era el día “para quitarse de encima la ‘espina’ y la amargura de aquel 4-0”. Los dos formaron pareja aquella aciaga tarde y se desquitaron con una actuación colosal frente al Atlético.
Aquel 7 de febrero de 2015, el Madrid formaría con una defensa casi idéntica a la que jugó el sábado pasado. Carvajal, Varane y Nacho repetían. Solamente Marcelo entraba por Coentrao, titular aquella tarde. Los blancos estuvieron perfectos atrás, casi no concedieron peligro en su portería y dominaron todos los aspectos del juego.
Sin duda, el gran rendimiento defensivo tuvo varios culpables; la concentración defensiva fue capital pero también las ayudas tanto de los extremos como la de los mediocentros. Especial mención en su trabajo merece Mateo Kovacic. El croata corrió, defendió, robó balones, ayudó a los centrales y, además, estuvo perfecto con la pelota en los pies. Los suplentes del Madrid dieron una lección en el Calderón.
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