Y es que Piqué ha visto como en sus propias narices el Real Madrid ha sumado cuatro puntos del Camp Nou en las dos últimas temporadas. Lo peor para el culé es que además él ha quedado como la viva estampa del derrotismo culé tras los goles de Cristiano Ronaldo en el 1-2 de la pasada campaña y en el 1-1 de Sergio Ramos de este sábado.
Ambas imágenes son gloria pura para todo buen madridista. Un Piqué hundido y derrotado tras el gol de Sergio Ramos y una figura de cera abatida con el tanto de Cristiano Ronaldo. Ambos goles llegaron en la misma portería del Camp Nou y en los minutos finales del partido tras sendos atracos arbitrales sufridos por el equipo blanco.
Ver a Piqué en su propia casa tan retratado y hundido con los goles del Real Madrid es la mejor muestra del buen trabajo que han hecho los blancos en sus dos últimas visitas a Barcelona. El póster del jugador catalán hundido y desolado con los tantos merengues debería ser obligatorio en cualquier casa de un seguidor del Real Madrid.
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