La comparación con Ancelotti que Zidane no quiere ver ni en pintura

El Real Madrid no quiere repetir la mala experiencia de hace dos años


Zidane saluda a Ancelotti antes de un partido

Zidane saluda a Ancelotti antes de un partido




En este sentido las cuentas para el Real Madrid son sencillas y claras. Si los blancos ganan o empatan el próximo sábado ante el Deportivo de la Coruña en el Santiago Bernabéu podrán presumir de afrontar el parón navideño como líderes de la clasificación. Y si no, en el peor de los casos el Real Madrid terminaría 2016 como colíder - con un partido menos - , siempre y cuando el Barcelona logre ganar sus dos partidos ligueros que le quedan en este mes de diciembre, ante el Osasuna en el Sadar y el derbi frente al Espanyol en el Camp Nou.

De todas formas, esto no es hoy por hoy lo que más le preocupa al Real Madrid. En la mente de los jugadores está muy presente lo que ocurrió hace exactamente dos años con Carlo Ancelotti en el banquillo. Entonces el equipo blanco estaba en una situación muy similar a la actual, pues tras la 15ª jornada de Liga era el líder claro de la competición con 39 puntos, lo que le daba una ventaja de cuatro sobre el Barcelona (35) y siete sobre el Atlético de Madrid (32).

De hecho, los merengues venían de encandenar una racha de 12 victorias consecutivas en la Liga y estaban inmersos en el histórico récord que acabarían logrando días después con 22 triunfos consecutivos. En consecuencia, los paralelismos son evidentes, ya que el Real Madrid podrá igualar ante el Deportivo su mejor marca histórica de partidos invicto (34) y actualmente también es líder claro de la clasificación con seis puntos sobre el Barcelona y siete sobre el Atlético de Madrid.

La debacle de 2015 como ejemplo

Y es aquí donde los Zidane y futbolistas merengues quieren huir de las comparaciones. Lo cierto es que tienen buenas razones para ello, porque fue iniciar 2015 y empezar una caída libre que todavía el madridismo no se explica. Aunque para situarse antes hay que irse al final de 2014, ya que el equipo disputó entre el 16 y el 20 de diciembre el Mundial de Clubes en Marruecos. Y lo hizo con éxito, aunque paradójicamente esta acabaría siendo la última alegría para el madridismo durante año y medio.

Porque a partir de ahí comenzó una pesadilla para el equipo. El 30 de diciembre el equipo jugó un amistoso intrascendente en Milán que perdió por 2-4, para cuatro días después cosechar su primera derrota en meses. Fue en Mestalla (2-1) y entonces el Madrid empezó a sufrir. Los siguientes partidos los salvó con problemas, pero la goleada en febrero en el Calderón (4-0) sumió al club en una profunda crisis de la que ya se pudo levantar. De esta forma se esfumaron sus opciones de ganar la Liga, la Copa (también le eliminó el Atlético de Madrid) y la Champions League (derrota ante la Juventus en semifinales).

Curiosamente Zidane ya no era miembro por entonces del 'staff' técnico de Ancelotti - ya entrenaba al Castilla -, pero el francés estuvo muy al tanto de lo que ocurrió en ese infausto inicio de 2015. Por eso ya ha empezado a tomar medidas para que estas odiosas comparaciones se quedan solo en eso y la trayectoria del Real Madrid no tenga el mismo final allá por el mes de mayo.

Las razones para pensar que el final será otro

Para empezar, el Real Madrid este año podrá descansar durante todas las Fiestas, ya que una vez que dispute el Mundial de Clubes - la final será el domingo 18 de diciembre en Yokohama, Japón - tendrá 20 días para descansar y preparar el siguiente partido, el 7 de enero en casa ante el Granada. Así, esta vez no habrá viajes incómodos a Dubái antes del Año Nuevo y tras el mismo el cuerpo técnico tendrá una semana completa para preparar el siguiente partido.

Luego está la distribución de minutos que Zidane está aplicando en su plantilla. Su filosofía es la opuesta a Ancelotti, pues el italiano pocas veces varió su once titular en los primeros cuatro meses de competición, mientras que su discípulo está demostrando ser un 'hacha' en este aspecto. Para el francés cada jugador es importante y no hay nadie imprescindible, por lo que este reparto de minutos facilitará que la plantilla llegue con gasolina de sobra a febrero para afrontar el tramo más importante del curso.

Y en último lugar está la propia experiencia previa. Este vestuario cuenta con una mayoría de jugadores que ya vivieron lo ocurrido hace dos años, así que eso ayudará a evitar caer en los mismos errores. Esta vez no habrá lugar a la confianza y a la relajación, porque los títulos se ganan en mayo, no en diciembre. El Madrid de Zidane tiene los pies en el suelo y esta vez no se dejará llevar por halagos y récords. Este equipo aún no ha ganado nada y tiene mucho trabajo por delante, así que con esta actitud va a seguir encarando todos los partidos hasta llegar al final.