Tras marcharse de vacaciones, el colombiano cambió de actitud, recuperó las ganas de agradar y se entregó al máximo en los entrenamientos. Entre el 27 de diciembre y el 3 de enero, James se puso las ‘pilas’ y se ganó la titularidad contra el Sevilla. Aquella noche de Copa, el ex del Mónaco realizó un partido muy completo, estuvo constante en la creación y, además, tuvo la fortuna de marcar dos goles en apenas 45 minutos. El Madrid encarriló el pase a cuartos gracias a los goles del colombiano.
Pero el 7 de enero se ‘truncó’ todo de nuevo. James se rompió el sóleo de la pierna derecha contra el Granada. Tras 2 semanas de trabajo se recuperó, pero volvió a recaer, en este caso, por culpa de una lesión en el otro sóleo. De nuevo, dos semanas más parado y el ‘10’ que no veía la luz al final del túnel.
Fue el 11 de febrero cuando Rodríguez recuperó la sonrisa y tuvo la media hora final contra Osasuna. James le dio tranquilidad al Real Madrid, se asoció más que nunca, apareció entre líneas y fue clave para que los blancos se llevaran la victoria. El premio de Zidane no tardó en llegar: titular contra el Nápoles. James, por fin, volvía a ser titular en un partido con ‘foco’ Champions. James ya está de vuelta y Zidane no quiere desperdiciarlo…
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