Incluso los mejores en cualquier disciplina tiene algún punto de flaqueza. El Real Madrid de Zidane no es una excepción y eso es lo que le hace ser aún más grande y es que en lo que va de 2017 el líder de la Liga sufre lejos de su estadio. Frente al Villarreal este domingo es el momento perfecto para cambiar la dinámica.
Lejos del Santiago Bernabéu en 2017 el Real Madrid tan sólo ha conseguido la victoria en una ocasión, fue ante Osasuna en Liga. Además de eso, ha cosechado dos empates y ambos llegaron durante la Copa del Rey, primer ante el Sevilla en el Pizjuán y más tarde frente al Celta, lo que supondría la eliminación del conjunto de Zidane.
Por último, el balance se completa con dos derrotas en esas cinco salidas, las cuáles llegaron en Liga y primero frente al Sevilla en el último minuto y la más reciente en Mestalla ante el Valencia. Los datos no dejan en buen lugar al equipo, pese a que la imagen dada en todos los partidos fue bastante positiva.
En 2016, el mejor equipo del mundo se mostraba como un visitante temible para sus rivales; había conseguido vencer en campos como el Vicente Calderón, Anoeta o Benito Villamarín entre otros. Ahora la situación parece distinta ya que el equipo además concede más goles que antes: diez goles en los últimos cinco partidos. Cuando peor parecen ir las cosas, mayor y más atractivo es el reto para el Real Madrid, pues visitan de nuevo la Comunidad Valenciana para medirse a un Villarreal que cuenta con el portero menos goleado de la Liga. Un reto que el conjunto blanco no huye y que espera con muchas ganas.
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