Así celebró el equipo el gol de Morata
Minuto 56 del partido Villarreal - Real Madrid. El delantero local Bakambu se beneficia de una posición antirreglamentaria tras un pase en profundidad, le gana la partida a Sergio Ramos y bate en el mano a mano a Keylor Navas. El partido se pone 2-0 para el líder hasta el momento, una empresa harto difícil de remontar teniendo en cuenta el nivel del 'submarino amarillo'. Pero no para el Real Madrid...
Durante 15 minutos el pasado 19 de febrero el Real Madrid estuvo con una ventaja de tres puntos respecto al
Barcelona y dos partidos jugados menos. El equipo culé empataba en su estadio ante el
Leganés a uno, por lo que veía como se le escapaba la
Liga. Sin embargo, un penalti milagroso en el último minuto permitía que
Messi hiciera el 2-1 definitivo y devolviera todo a una aparente normalidad. De hecho, el
Barça pasó de estar totalmente fuera de la Liga a verse con casi tantas opciones de ganarla que el
Real Madrid. Y todo en cuestión de una semana.
Y es que en ese tiempo el
Real Madrid perdió el primero de sus partidos pendientes. Fue ante el
Valencia, ya que los blancos cedieron sorpresivamente por 2-1 en
Mestalla y se dejaron por el camino su primera 'bala' para dejar medio sentenciada la Liga. Y además, la jornada del domingo tampoco empezó bien para sus intereses después de que el Barcelona lograra ganar por 1-2 en el
Vicente Calderón tras un gol lleno de suerte de Leo Messi en los cinco minutos finales. Fue un tanto inmerecido, pero que valió como el que más y que permitió que los culés volvieran a ser líderes a la espera de que su rival disputara sus dos partidos pendientes.
Y el primero de ellos lo jugó horas después en el
Estadio de la Cerámica de
Villarreal. El reto pasaba por ganar en uno de los campos más complicados de la
Liga, donde ni el
Barcelona, ni el
Sevilla ni el
Atlético de Madrid habían vencido en la presente temporada. Pero lo que ningún madridista podía esperar es que todo se complicara aún más tras diez minutos malos en la segunda parte. Los locales hicieron dos tantos en un abrir y cerrar de ojos y dejaron la contienda en un claro 2-0 con 10 minutos por jugar. Un resultado que daba un vuelco a la Liga y que daba muchísima vida al
Barcelona y al
Sevilla.
Una situación críticaDe hecho, por unos minutos el equipo culé fue líder con dos puntos de ventaja respecto a su rival y un partido más. En ningún momento el equipo de
Zidane dejó de depender de sí mismo para ganar el título, pero pasó de tener
3 de ventaja y dos partidos pendientes a estar por debajo en 2 y un único partido. En total,
8 puntos virtuales de diferencia que hubieran supuesto un palo muy importante para el
Real Madrid en el caso de haberse acabado confirmando.
La situación en ese momento no podía ser peor, ya que tras la derrota en
Mestalla cuatro días antes el
Real Madrid estaba obligado a remontar dos goles al
Villarreal en su estadio y en solo media hora. Y, para colmo, los de Escribá eran el equipo menos goleado de la Liga con solo 15 tantos encajados en 23 partidos. Una misión casi imposible para cualquier equipo que no fuera el blanco. Porque en cuestión de 25 minutos
le dieron la vuelta al partido con tantos de
Bale, Cristiano Ronaldo - de penalti - y
Álvaro Morata. Es decir, que el
Real Madrid logró hacerle a su rival en menos de media hora la quinta parte de todos los goles que habían recibido hasta el momento en el campeonato.
Con ello el Real Madrid dejó claro que quiere esta
Liga. Y que está más que dispuesto a pelearla y ganarla. Aunque su juego no sea bueno, los de
Zidane tienen ambición y van a darlo todo por conseguir un título que se les resiste desde 2011. Durante unas semanas se vieron en una situación de privilegio, aunque las cuentas de la 'lechera' nunca fueron costa del vestuario merengue. El equipo no vive de puntos virtuales, por lo que nunca dio por hecha la victoria de
Mestalla, como tampoco sigue dando por lograda la de Balaídos. Así, la mentalidad del grupo es la de luchar este título en cada partido y en cada jugada, sin dar nada por hecho. Por eso el
Madrid fue capaz de lograr en Villarreal algo que parecía imposible: remontarle dos goles en su estadio a la mejor defensa del fútbol español.
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