Después de que Theo-demostró que fichar por el Madrid le ha venido de cine-marcara el golazo de la noche, llegaría la jugada polémica de la noche. André Gomes asistía a Neymar dentro del área justo en el 45’ de la primera parte. Aparentemente, el gol parecía legal, pero las imágenes demostraron que el brasileño estaba claramente adelantado en posición ilegal.
El asistente concedió el gol y el Barça se fue a los vestuarios con ventaja gracias a un nuevo favorcito arbitral. El arbitraje de Clos Gómez podría calificarse simplemente como infame; le dio un gol ilegal al Barcelona, permitió entradas duras, y ante todo, se acongojó-por no emplear otra palabra más fuerte- ante las constantes protestas de los jugadores del Barça.
Iniesta, Busquets, Messi, Piqué y compañía actuaron como verdaderos ‘matones’ protestando de manera conjunta al colegiado. Clos lo permitió, apenas enseñó tarjetas amarillas y acabó completamente sobrepasado por la tensión de la final. Una vez más, los culés pueden sentirse orgullosos de haber ganado un título de la manera que más les gusta: atracando al contrario ¡Una vergüenza!
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