Según iban pasando los partidos de verano del Real Madrid los antimadridistas se crecían más y más porque los hombres de Zidane no ganaban, pero el entrenador francés no se cansaba de repetir que lo que importaba eran las competiciones oficiales.
Dicho y hecho. Llegó la primera competición oficial, la Supercopa de Europa, y el Real Madrid le dio un baño al Manchester United, pero es que ese baño se multiplicó con la llegada de la Supercopa de España ante el Barcelona en el Camp Nou.
Esas risas y esas mofas que llegaban sobre todo desde la ciudad condal, pero también desde todos los lugares en los que hay antimadridistas se han vuelto dolor y rabia al ver cómo el Real Madrid ha levantado ya un título y ha encarrilado el segundo.
El Real Madrid no había ganado ningún partido en la pretemporada pero llegó la competición oficial y le metió un 2-1 al Manchester United y bailó al Barcelona en el Camp Nou, y eso que el árbitro se empeñó en mantener con vida al conjunto culé.
Solo falta confirmar este miércoles la consecución de la Supercopa de España para terminar de destrozar a todos esos antimadridistas que se habían partido de risa porque el Real Madrid no era capaz de ganar un amistoso durante el verano.
Las risas ahora se escuchan en la casa blanca y en cada rincón donde hay un madridista porque el Real Madrid ha vuelto a demostrar que cuando de verdad importa, cuando hay títulos en juego, siempre responde y es capaz de bailar al que se le ponga por delante.
LA IMPUNIDAD DE LUIS SUÁREZ
Luis Suárez vive en la impunidad más absoluta en España, ya sea en la Liga, en la Copa del Rey o en la Supercopa, como se pudo ver este domingo, pero en otros países se le caería el pelo cada día por sus innumerables piscinazos y su acoso a los árbitros.
El estamento arbitral en España está regido por personas que tienen al Barcelona en palmitas y que le perdonan absolutamente todo y los colegiados actúan de la mejor manera posible para contentar a sus dirigentes.
El claro ejemplo de esta situación es Luis Suárez, que día tras día insulta y acosa a los árbitros en cada partido y se va de rositas, incluso cuando se luce con auténticos tirabuzones para engañar a los colegiados inventándose penaltis que, además, se los pitan.
Sin embargo, Luis Suárez tiene que dar gracias que está en España y que juega en el Barcelona porque si lo hiciera en alguna liga de otro país ahora mismo sería el jugador con más sanciones de la historia del fútbol.
Y es que, por ejemplo, en la Premier League hay una comisión que se reúne cada lunes para analizar las jugadas polémicas, como los piscinazos, y que tienen la potestad de castigar al jugador con hasta dos partidos de sanción.
La comisión de la Premier League está compuesta por un ex jugador, un ex entrenador y un ex árbitro que analizan las jugadas polémicas que supongan un penalti o una roja para el contrario.
Es decir, que esa comisión se habría reunido para analizar el piscinazo de Luis Suárez en el Camp Nou y al comprobar que fue una obra de teatro del delantero del Barcelona le castigaría con hasta dos partidos de sanción. Una lástima que el fútbol español prefiera mirar para otro lado.
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