Cuando más complicado parecía, tras una derrota en el último minuto y con una multitud de bajas, Zidane apeló a la tranquilidad y confianza en su plantilla. El rival, el Alavés, un equipo en reconstrucción y que de momento espera estrenar entrenador, pero aún así, el francés sigue haciendo valer su plan y hasta ahora no le ha ido nada mal.
Frente a los vitorianos Zidane no sabe lo que es perder, es una relación de amor que siempre acaba con victoria para el Real Madrid y con goleada. Desde que el francés es entrenador blanco, ya ha vencido los tres partidos que ha jugador contra ellos, los dos primeros por un 1-4 en Mendizorroza y un 3-0 en el Bernabéu. Está de dulce cuando se está delante el Alavés y eso se nota. Un rival que en casa siempre le había costado al Real Madrid ahora es una plaza 'fetiche' para los blancos.
Zidane lleva un tres de tres contra el Alavés, quedará aún el partido de vuelta en el Bernabéu para redondear el 'póquer' de triunfos, pero por el momento ya ha vuelto al camino de la victoria y eso, con la cantidad de bajas y el hecho de venir de una derrota, mete una inyección de moral tremenda de cara a lo que se viene: todo un partido de Champions en un campo aún inexpugnable como el Signal Iduna Park.
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