Los grandes partidos de Sergio Ramos infiltrado

El futbolista del Real Madrid jugará infiltrado la final del Mundial de Clubes... y no será la primera vez.


Sergio Ramos, Máscara

Sergio Ramos, Máscara




“Por mi forma de ser me gusta jugarlo prácticamente todo. Sí es cierto que ha sido una contractura bastante fuerte y en otra ocasión hubiera buscado otra alternativa. Pero me gustan las finales. Se hace un pequeño esfuerzo extra para estar al máximo nivel. No es un problema mayor. Con una ayudita médica uno juega más fácil”, comentó el defensa sevillano en rueda de prensa antes de la final ante el Gremio.

No es la primera vez que el capitán madridista arriesga para ayudar al Real Madrid. El sevillano ha tenido que saltar al campo en muchas ocasiones infiltrado, tocado o incluso enfermo, un hecho que demuestra el empeño que tiene por ayudar al equipo siempre que se encuentre en unas mínimas condiciones. No cabe duda que tener a Sergio Ramos sobre el verde es algo que sube la moral del grupo por todo lo que aporta en lo que se refiere al juego pero también en lo psicológico.

Sergio Ramos no se pierde un partido grande casi nunca

El capitán del Real Madrid es partidario de poner toda la carne en el asador y arriesgar cuando se trata de jugar un partido importante. El de este sábado lo es, pero en el pasado ya ha habido otras grandes citas en las que bien por el rival o bien por las circunstancias ha saltado al campo. Esta misma temporada, aunque no fuera infiltrado, ya se nos viene a la cabeza un caso: ante el Getafe. Zinedine Zidane tenía a la defensa en cuadro y a pesar de tener un cuadro de fiebre y vómitos, Ramos ayudó al equipo jugando un partido notable.


Pero sobre todo suele ser en grandes citas cuando Ramos decide apostar por la infiltración. Lo hizo, por ejemplo, en la fase de grupos de la Champions 2015-16 en la visita al PSG: “Terminé un poco dolorido, cuando te ponen la vitamina te olvidas de todo, pero después vuelve el dolor. Sí, jugué un poco infiltrado”, dijo tras empatar a cero en el Parque de los Príncipes ante el PSG en octubre de 2015.

En otras ocasiones no ha sido él, sino la prensa, la que ha desvelado que el futbolista no se encontraba al 100% para jugar un partido importante. Sucedió ante el Manchester United en Old Trafford en 2013, un encuentro en el que se marcó un gol en propia meta pero en el que el Real Madrid terminó pasando la eliminatoria de octavos de final gracias a dos goles de Modric y Cristiano Ronaldo. Lo hizo en el Clásico del 21 de noviembre de 2015 ante el Barça, con un resultado que fue muy negativo (0-4 en el Bernabéu) o en el derbi de octubre de 2015 en el Calderón (1-1).