¿Y cómo se tomó Isco esa suplencia? Con deportividad. Es la mejor palabra que puede definir el estado de ánimo del jugador cuando supo la alineación y que su nombre no estaba entre los ‘11’ elegidos.
Eso no quita para que Isco estuviera a tope con sus compañeros, apoyando y arrimando el hombro cuando hacía falta antes, durante y después del partido. Por eso se mostró tan enfadado en las redes sociales cuando medios de comunicación como el Diario As o la Cadena Ser intentaron echar mierda sobre él al inventar que se había negado a seguir calentando en la banda. Isco hizo lo que tenía que hacer, parar el sucio golpe de forma drástica y con un ‘zasca’ de época. Siempre será mejor ridiculizar al que quiere perjudicarte que dejarle que se crezca a base de silencios.
Isco quería haber jugado el Clásico. Es evidente que se veía con opciones de hacerlo por la trayectoria que había tenido en los últimos tiempos con Zidane, sin embargo, aunque le fastidió no ser de la partida apoyó la decisión de su técnico como uno más del equipo. Ni malas caras, ni enfrentamientos ni nada por el estilo. Él mejor que nadie sabe lo que difícil que es jugar en el Real Madrid como para perder el tiempo en peleas absurdas. Isco acabó jorobado porque su equipo perdió, sí, pero fue una simple cuestión deportiva. Los que buscan meter mierda con sus invenciones, cuanto más lejos mejor. El malagueño no pudo deleitarnos con su clase sobre el césped, pero sí fue igual de letal en sus redes sociales.
DEJA TU COMENTARIO