Los que más 'roban' empiezan a llorar

Como lo estás leyendo. El diario catalán asegura este viernes que los aficionados culés deben temer al colegiado que dirigirá el partido entre el Barcelona y el Atlético este fin de semana, un encuentro que puede ser decisivo en el devenir del campeonato de Liga. El Atlético está a cinco puntos del Barça y una victoria en el Camp Nou le acercaría a la cabeza de la clasificación más que nunca esta temporada. Y en Barcelona ya empiezan a ‘calentar’ el encuentro presionando al árbitro.

“Si el culé cree que lo peor ya ha pasado tras el bochornoso arbitraje de Mateu Lahoz en Gran Canaria, puede que esté equivocado. Gil Manzano dirigirá el Barça-Atlético de este domingo, en el que será un partido decisivo si los azulgranas se imponen a los de Simeone. El colegiado extremeño acumula una larga lista de decisiones perjudiciales para el Barça y, de hecho, en el propio colectivo arbitral ha trascendido su poca sensibilidad con el cuadro catalán”, aseguran en Sport. De traca.

Gil Manzano, criticado por no beneficiar al Barcelona

Lo más bochornoso de todo es que no tienen demasiados argumentos para poner en duda la labor de Gil Manzano. Y es que Sport señala al colegiado extremeño por haber expulsado la pasada temporada a Neymar en La Rosaleda y provocar que se perdiera el Clásico al hacer constar en el acta los aplausos irónicos del brasileño. Y también por expulsar a Luis Suárez en la semifinal de Copa ante el Atlético.

“La temporada pasada, Manzano expulsó a Neymar en La Rosaleda y, para más inri, le dejó sin Clásico al hacer constar en el acta que el brasileño le había aplaudido. Por si no fuera ya bastante, semanas después expulsó a Luis Suárez en semifinales de Copa -precisamente ante el Atlético-, quedándose el uruguayo sin final. Aquel día, Sergi Roberto y Yannick Carrasco también fueron expulsados”, indica el diario catalán.

Lo que no aclara, aunque ya lo hacemos nosotros, es si las decisiones que tomó entonces Gil Manzano fueron acertadas o no. Evidentemente, sí lo fueron. Criticar al árbitro cuando hace bien su trabajo ya es el colmo de la desvergüenza, de la jeta, del despropósito y de la falta de ética. Está claro que en Barcelona están tan acostumbrados a recibir arbitrajes favorables que hasta cuando reciben un arbitraje justo se quejan. ¡Vaya cara dura tienen los ‘amics’!