¿Mano blanda o mano dura? Esa es la cuestión en Concha Espina, saber qué le conviene más al vestuario blanco, una vez Lopetegui haga las maletas. El perfil es completamente distinto y, dependiendo del caso, uno es más aconsejable que otro. Todo comenzó el día que Zidane se despidió de Valdebebas, asegurando que su adiós “era un cambio necesario para seguir ganando”. El francés es uno de esos considerado de ‘mano blanda’.
La era de Zidane fue gloriosa, tres Champions consecutivas y una Liga. Inolvidable. Florentino Pérez pensó en haber dado con la clave del éxito y con Lopetegui repitió la misma fórmula, un entrenador ‘más amable’. El vasco, después de su convulso despide de la Selección dos días antes del inicio del Mundial, aterrizó en el Santiago Bernabéu con todo el respeto y el cariño de la afición y el del núcleo duro del vestuario –el de los españoles-, que ya le conocían a la perfección.
El debut del vasco no fue nada halagüeño. El Atlético de Madrid se impuso por 2-4 en la Supercopa y le dejó sin opciones de conquistar su primer título. Pero, poco a poco, Lopetegui fue devolviendo la confianza al grupo, los blancos jugaban bien, veían puerta con cierta facilidad y ganaban hasta el momento culmen –la exhibición ante la Roma, uno de los mejores partidos que se recuerdan en el Bernabéu recientemente-.
Entonces, las lesiones aparecieron –Carvajal, Marcelo e Isco, de larga duración y Bale, con continuas molestias musculares- y los goles desaparecieron durante 481 minutos –la peor sequía goleadora de la historia blanca-. Los resultados no llegaban, el público y la junta directiva se impacientaban y los jugadores, pese a que han defendido a Lopetegui siempre, parece que ya no entendían su mensaje.
‘El Clásico’ ha dictado sentencia. El adiós del vasco será un hecho en las próximas horas. Es decir, repetir el ‘perfil blando’ ha sido un fracaso. Ahora, Conte, el principal favorito para asumir el cargo, es lo más parecido a Mourinho por su carácter. El portugués cogió un equipo hundido que siempre caía en los octavos de Champions y ante equipos de Segunda B en la Copa.
‘Mou’ los despertó y los llevó a tres semifinales europeas. Ancelotti tomó el relevo y completó el trabajo haciéndolos campeones de Europa –‘La Décima’ en Lisboa-. Un entrenador de ‘mano blanda’ que fue despedido después de la segunda temporada. Benítez, que intentó ser de ‘perfil duro’ al inicio, pasó con más pena que gloria, sin saber imponerse en el vestuario. Luego, Zidane y su etapa maravillosa antes del descalabro de Lopetegui. ¿Acertará ahora el Real Madrid con Conte... o con Solari?
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